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Un club cerrado: ¿Por qué el judaísmo mantiene límites claros?

¿Es el judaísmo un club cerrado?

Muchas personas perciben el judaísmo como un “club exclusivo”. Esa idea lo vuelve atractivo, y algunos intentan ingresar incluso con engaños. Pero esto no es nuevo: en tiempos de Moshé (Moisés) y Yehoshúa (Josué), los guivonim se infiltraron con falsedades y terminaron siendo destinados a tareas de servicio.


Puerta de madera entreabierta iluminada por luz dorada, con letras hebreas flotando en el aire, símbolo de apertura espiritual en el judaísmo.
El judaísmo no es un “club cerrado”, sino un camino de fidelidad absoluta a Dios que ilumina a quienes lo buscan con verdad.

La Torá y la separación necesaria

La Torá prohíbe los matrimonios mixtos entre Israel y otras naciones. La razón no es desdén hacia los demás, sino la lealtad absoluta a Hashem (Dios), sin interferencias ni símbolos de idolatría. Por eso existen cementerios judíos propios: para que el alma descanse en pureza, sin vergüenza eterna.


Visión artística del Tercer Templo en Jerusalén brillando con luz celestial, rodeado de personas de diferentes naciones caminando en paz.
Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones.” Una visión mesiánica de unidad y esperanza para la humanidad. 🕊️

Judíos y Bnei Noaj: dos caminos hacia el mismo Creador

En Casa Jabad Ecuador mantenemos una clara distinción entre la vida judía y la comunidad Bnei Noaj. No se trata de exclusión, sino de claridad espiritual. La interacción romántica entre judíos y Bnei Noaj no puede llevar a buen destino bajo la ley divina.

Sin embargo, ambos caminos son complementarios:

  • El pueblo judío: llamado a ser “reino de sacerdotes y pueblo santo”.

  • Los Bnei Noaj: llamados a vivir según las Siete Leyes Universales.

Tal como en una empresa cada área tiene su función, o en un ejército cada división cumple su rol, así también judíos y noájidas sirven a Dios de manera distinta, pero con un mismo fin.


Paisaje simbólico con dos caminos que se unen bajo el mismo sol, representando la misión de judíos y Bnei Noaj hacia el mismo Creador.
Judíos y Bnei Noaj recorren sendas distintas, pero convergen en un mismo destino: servir a Dios con justicia y rectitud.

El diseño del Creador y la visión mesiánica

No hay inferioridad en la diferencia. El Creador diseñó a cada ser humano con un propósito. El profeta anunció respecto al Templo de Jerusalén: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”.

En la era mesiánica, los preceptos noájidas se difunden sin temor ni restricciones, iluminando al mundo hacia la justicia, la rectitud y la unicidad divina.

El judaísmo no es un club cerrado, sino un llamado a la fidelidad total a Dios. Judíos y Bnei Noaj caminan por sendas diferentes, pero comparten un mismo horizonte: vivir con justicia, rectitud y fe en el único Creador.

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