La verdad absoluta de la Torá: entre religiones y filosofía
- Rabino Rótem Tómer

- 28 ago
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La verdad absoluta de la Torá enseña que Dios es uno y Su palabra es eterna, frente a las múltiples interpretaciones de las religiones humanas.
En el famoso libro El Kuzarí, el rey abandona la idolatría al escuchar una voz interior que le dice: “Tu voluntad es aceptada, pero tus acciones no lo son”. Así comienza un proceso de búsqueda que lo conduce a la Torá como verdad absoluta.

De la misma manera, Abraham, el patriarca, rechazó la adoración al sol y a los elementos naturales, llegando a la conclusión de que existe un Dios invisible y eterno que gobierna todo.
Maimónides y la verdad absoluta de la Torá
Según Maimónides, Dios entregó a la humanidad tres fundamentos:
La Torá, revelación divina en el Monte Sinaí.
Los Mitzvot, leyes universales y eternas.
El Mashíaj, quien traerá la redención final.
Maimónides explicó que el Mashíaj confirmará la verdad absoluta de la Torá, demostrando que los mandamientos son eternos y no han sido reemplazados.

La fidelidad a la Torá frente a las religiones y sectas
El pueblo de Israel no se guía por milagros aislados, sino por la revelación nacional en el Monte Sinaí. Esa fidelidad se refleja en la historia:
Los reformistas, que proclaman irrelevante la Torá.
Los caraítas, que rechazaron la tradición oral.
El Corán, que presenta enseñanzas tras influencia de escribas judíos.
El Nuevo Testamento, que sugiere que Dios rompió Su palabra.
Todas estas desviaciones son vistas como alejamientos de la verdad revelada en la Torá escrita y oral.
Martirio y resistencia en la historia judía
Durante las Cruzadas, muchos judíos entregaron su vida antes que caer en idolatría. En Yemen, en cambio, Maimónides enseñó que aceptar de palabra al “profeta” del islam no era traicionar a Dios, ya que se mantenía la fe interior en la unicidad divina.

La diferencia es clara: aceptar la Trinidad contradice la unicidad absoluta de Dios, mientras que someterse externamente bajo coacción al islam no implica apostasía interna.
La Emuná como camino hacia la verdad absoluta de la Torá
La fe judía, llamada Emuná, no es un dogma ciego, sino un ejercicio de vida. Implica:
Crecer diariamente en lo espiritual y material.
Preguntar e investigar sin miedo.
Estudiar la Torá y practicar los Mitzvot.
La verdadera fe se fortalece al enfrentar dudas y desafíos, porque ningún fenómeno verdadero puede contradecir la verdad divina.
La fidelidad a la verdad absoluta de la Torá distingue al pueblo de Israel y guía a quienes buscan vivir con Emuná.



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