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Difusión del Judaísmo: una verdad que se revela, no que se impone

¿Por qué el judaísmo no hace proselitismo?

El judaísmo se distingue por su ausencia de proselitismo. A diferencia de religiones que en el pasado se expandieron con la espada o con llamados masivos a la conversión, la Torá no busca conquistar almas.La verdad no necesita imponerse; merece ser buscada. El judaísmo invita a descubrir la identidad auténtica de cada persona, más que a cambiarla.


Faro iluminando en la oscuridad, símbolo de la difusión del judaísmo como luz espiritual que inspira sin imponer.
La difusión del judaísmo no busca convertir, sino iluminar: ser un faro que guía con la luz de la Torá.

El valor de descubrir la identidad judía

Según la halajá (ley judía), muchos judíos que crecieron sin educación religiosa son considerados “bebés capturados entre las naciones”. No dejaron de ser judíos; simplemente carecieron de formación.


Después de la Segunda Guerra Mundial, el Rebbe de Lubavitch instó a todo judío a compartir su conocimiento y su fe, usando todos los medios posibles —incluso la televisión— para difundir la Torá y devolver luz a quienes la habían perdido.


Un maestro judío enseña Torá rodeado de alumnos, con letras luminosas que simbolizan la sabiduría divina que ilumina.
Compartir la Torá no es imponer, es encender la chispa espiritual que cada alma ya posee.

Jabad Lubavitch y la difusión del judaísmo

El movimiento Jabad Lubavitch, que desde siempre difundió el jasidismo (enseñanzas sobre la divinidad), se convirtió bajo la guía del Rebbe en un faro de difusión del judaísmo básico.

El objetivo no es convertir, sino revelar lo que ya somos:


  • El judío, al reconectar con sus mitzvot (mandamientos).

  • El no judío, al vivir como Ben Noaj, hijo de Noé, cumpliendo las siete leyes universales.


Así, toda la humanidad puede reconectarse con su esencia y su propósito espiritual.


Árbol con raíces profundas y ramas que se elevan hacia la luz, simbolizando la identidad judía y la continuidad espiritual.
El judaísmo es como un árbol: raíces firmes en la tradición y ramas que se abren al cielo en busca de lo divino.

El verdadero orgullo en la vida

El Rebbe enseñaba que no debemos enorgullecernos del dinero, las posesiones ni los talentos. El único orgullo legítimo es servir a Dios con autenticidad.

Difundir el judaísmo significa inspirar a otros con el ejemplo, ser un faro de luz en la familia, en la sociedad y en el trabajo. La misión no es imponer, sino alumbrar.

Te invitamos a seguir explorando la Torá con nosotros y descubrir cómo su sabiduría puede iluminar tu vida hoy.

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