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¿Es la Torá Oral una invención rabínica?

¿Opiniones humanas o palabra divina?

Muchas veces se escucha la idea de que la Torá Oral —la tradición transmitida de generación en generación— es solo un conjunto de opiniones humanas. Se la compara con un congreso democrático o un mercado de ideas donde gana la voz más fuerte. Pero, ¿es realmente así?

Si se cuestiona la Torá Oral por ser “humana”, lo mismo podría decirse de la Torá Escrita, pues también fue transmitida a través de Moshé (Moisés), un hombre nacido de padre y madre. La pregunta entonces es: ¿qué diferencia hace la revelación en el monte Sinaí?


Recreación artística del Monte Sinaí con el pueblo de Israel frente a una luz divina resplandeciente.
La revelación en el Monte Sinaí: un momento donde el cielo y la tierra se encontraron en palabras eternas.

El Sinaí: más que una historia

La Torá relata que todo el pueblo de Israel escuchó directamente la voz de Dios en los dos primeros mandamientos. La experiencia fue tan intensa que sus almas se desprendieron de sus cuerpos, y los ángeles tuvieron que devolverlas. Fue entonces cuando suplicaron:“Háblanos tú, y escucharemos; que no nos hable Dios, pues moriremos.”Con esta aceptación, reconocieron que las palabras de Moshé eran, en realidad, la palabra de Dios mismo.


Grupo de sabios judíos en la antigüedad estudiando y discutiendo la Torá a la luz de las velas.
La Torá Oral se transmitió de generación en generación, a través del estudio y el debate de los sabios de Israel.

Torá Oral, tradición viva, no invento

La Torá Oral nació junto a la Torá Escrita, como su explicación y comentario. Su propósito siempre fue transmitirse de padre a hijo, de maestro a discípulo. Pero con la amenaza del Imperio Romano y el riesgo del olvido, Rabí Yehudá HaNasí tomó la decisión histórica de recopilarla por escrito, dando origen a la Mishná.

No fue un debate abierto donde cualquiera pudiera opinar. Solo los sabios dedicados de por vida a la verdad divina aportaron su memoria y su visión. Incluso cuando hubo desacuerdos, como los célebres entre las escuelas de Beit Shamai y Beit Hilel, ambas posiciones se reconocieron como “palabras del Dios viviente”.


Ilustración simbólica de dos grupos de sabios frente a frente, uno iluminado en tonos dorados y otro en tonos azules, unidos por una luz divina.
Beit Shamai y Beit Hilel: dos visiones diferentes, reconocidas ambas como palabras del Dios viviente.

Dos visiones, una verdad

¿Cómo puede ser que opiniones opuestas sean igualmente divinas? La mística judía enseña que el alma de cada sabio refleja un aspecto de Dios:

  • Quienes tendían a la benevolencia expresaban la bondad divina.

  • Quienes eran más rigurosos expresaban la severidad divina.

Así, derecha e izquierda no se contradicen, sino que son manifestaciones complementarias de un mismo origen.

¿Qué significa para nosotros hoy?

Entender que la Torá Oral no es un invento humano, sino una tradición inspirada por Dios, nos invita a valorar la profundidad de cada enseñanza. Nos recuerda que no todas las opiniones tienen el mismo peso: la verdad requiere dedicación, humildad y continuidad en el tiempo.

La discusión rabínica no es un mercado de voces, sino un laboratorio de almas que buscan reflejar lo eterno.

 
 
 

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