Rosh Hashaná: el gran balance de la humanidad
- Rabino Rótem Tómer

- 23 sept
- 3 Min. de lectura
¿Alguna vez pensaste que el mundo entero tiene un cumpleaños? El calendario hebreo nos recuerda que sí: Rosh Hashaná, literalmente “cabeza del año”, marca el inicio de un nuevo ciclo espiritual y contiene en miniatura todo lo que sucederá en los próximos meses.
No es una fecha cualquiera en la historia, sino el día en que fue creado Adam, el primer ser humano. El universo llevaba ya seis días existiendo, pero solo con la llegada del hombre la creación recibió propósito.

¿Por qué Rosh Hashaná es un día de juicio?
Imagina a un gran inversionista que dedicó años y recursos en construir su proyecto: terreno, diseño, maquinaria, talento humano… y al fin inaugura su fábrica. De allí salen productos perfectos, listos para el mercado. Pero falta la prueba más importante: ¿lo aceptará la gente? ¿Habrá necesidad real de aquello?
Así fue la creación del mundo. Todo estaba listo, pero el verdadero sentido dependía del ser humano: ¿servirá a su Creador o seguirá solo su ego?
Adam, al reconocer que no había sido creado para sí mismo sino para servir a Dios, convocó a todos los seres —animales, vegetales y minerales— a inclinarse juntos ante su Creador. Fue el primer acto que justificó toda la obra de la creación.
Cada año, en Rosh Hashaná, el universo entero vuelve a ese momento inicial. Como en cualquier empresa que presenta su balance anual, nuestras vidas se someten al juicio divino: ¿qué hemos aportado?, ¿hemos honrado el propósito por el cual fuimos creados?

El sonido del Shofar: un llanto que despierta
Aquí aparece el secreto del pueblo judío: el Shofar.
No tiene palabras ni melodía, pero suena como el llanto de un bebé que conmueve a su padre en lo más profundo. Recuerda también el sacrificio de Isaac, cuando Abraham estuvo dispuesto a entregarlo, y Dios respondió sustituyendo al hijo por un carnero. El cuerno de ese carnero se convirtió en símbolo de la fe y confianza inquebrantable.
El Shofar abre los cielos, renueva el pacto eterno y despierta en Dios misericordia por Su pueblo y por toda la humanidad.

¿Qué significa para nosotros hoy?
Rosh Hashaná no es solo un recuerdo histórico: es una oportunidad para hacer balance de nuestra propia vida. Así como una empresa se pregunta si su proyecto vale la pena, cada uno de nosotros es llamado a reflexionar:
¿Estoy cumpliendo con mi propósito?
¿Qué aporto a mi familia, mi comunidad y al mundo?
¿Dónde necesito corregir el rumbo?
Una nueva oportunidad
Al final, el mensaje de Rosh Hashaná es profundamente esperanzador. Aunque los números de nuestro balance personal no siempre sean positivos, Dios renueva Su contrato con nosotros, porque somos Sus hijos. Como el inversionista que afirma: “Todo esto lo hice para mi hijo”, así Dios sostiene la creación por amor.
Que este Rosh Hashaná 5786 sea un año de bendiciones, de propósito renovado y de conexión más profunda con nuestro Creador.
Shaná Tová Umetuká – ¡Un año bueno y dulce para ti y los tuyos!




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